Hace tiempo ya vivía al lado de unos acantilados preciosos en semisoledad. Apenas había vecinos y podía salir a pasear tranquilamente por los alrededores con las perras y respirar el aire del mar y escuchar las gaviotas. Era muy chulo… el sueño de una madrileña que se sentía libre y así lo vivía….
Un día encontré en el suelo del parque un espejo roto. No sé de dónde salió y quién se cabreó tanto como para hacerlo pedacitos y abandonarlo a la suerte de los siglos de humedades del Mediterráneo, pero ahí estaba. Me gustó tanto que día tras día salía con una bolsa de plástico y mientras las perras husmeaban por ahí, yo me entretenía en recoger trocitos de espejo.
Una vez en casa los lavaba en agua y los dejaba secar sobre un trapo. Así hasta que tuve una caja de zapatos repleta de fragmentos de espejo. No sabía muy bien qué iba a hacer con ellos, pero un espejito roto no se puede dejar en la calle… jejeje, siempre se le saca alguna utilidad.
Finalmente un día paseando por Ikea vi un espejo de tamaño mediano con un marco de madera sencilla para decorar y muy barato, cinco euros costaba. Sin pensármelo dos veces lo metí en el carro. Es el espejo que veis en las fotos redecorado con los trocitos de espejo. Os cuento cómo lo hice por si os apetece la técnica.
Con pegamento Nomásclavos (uno similar también servirá), fui pegando trocitos de espejo por todo el marco de madera hasta que me pareció suficiente.
Una vez hecho esto fui al Carrefour a comprar “algo” que me sirviera para rellenar los huecos entre los espejitos. Encontré una masilla reparadora para madera por dos euros. Es una masilla que se supone que se usa cuando tienes un arañazo en un mueble o cosas así; bueno, yo la usé a lo bruto para rellenar los huecos. Para untarla me facilité la tarea con una paletita pequeña, concretamente fue una paletina de remover el café jeje, pero algo más profesional seguro que irá mejor :-) No la había usado nunca, y bueno, es una especie de arcilla que mientras está en el bote cerrada es medio grumosa y manejable, pero cuando lleva unos minutos al aire empieza a endurecerse y ya aguanta bastante bien, al menos para el uso que yo le he dado.
Debemos prestar atención a las esquinas y darles una forma presentable.
Un día encontré en el suelo del parque un espejo roto. No sé de dónde salió y quién se cabreó tanto como para hacerlo pedacitos y abandonarlo a la suerte de los siglos de humedades del Mediterráneo, pero ahí estaba. Me gustó tanto que día tras día salía con una bolsa de plástico y mientras las perras husmeaban por ahí, yo me entretenía en recoger trocitos de espejo.
Una vez en casa los lavaba en agua y los dejaba secar sobre un trapo. Así hasta que tuve una caja de zapatos repleta de fragmentos de espejo. No sabía muy bien qué iba a hacer con ellos, pero un espejito roto no se puede dejar en la calle… jejeje, siempre se le saca alguna utilidad.
Finalmente un día paseando por Ikea vi un espejo de tamaño mediano con un marco de madera sencilla para decorar y muy barato, cinco euros costaba. Sin pensármelo dos veces lo metí en el carro. Es el espejo que veis en las fotos redecorado con los trocitos de espejo. Os cuento cómo lo hice por si os apetece la técnica.
Con pegamento Nomásclavos (uno similar también servirá), fui pegando trocitos de espejo por todo el marco de madera hasta que me pareció suficiente.
Una vez hecho esto fui al Carrefour a comprar “algo” que me sirviera para rellenar los huecos entre los espejitos. Encontré una masilla reparadora para madera por dos euros. Es una masilla que se supone que se usa cuando tienes un arañazo en un mueble o cosas así; bueno, yo la usé a lo bruto para rellenar los huecos. Para untarla me facilité la tarea con una paletita pequeña, concretamente fue una paletina de remover el café jeje, pero algo más profesional seguro que irá mejor :-) No la había usado nunca, y bueno, es una especie de arcilla que mientras está en el bote cerrada es medio grumosa y manejable, pero cuando lleva unos minutos al aire empieza a endurecerse y ya aguanta bastante bien, al menos para el uso que yo le he dado.
Debemos prestar atención a las esquinas y darles una forma presentable.
El aspecto que le queda a la masilla tras haber secado completamente es como un barro rústico.
El espejo se lo regalé a mi novio una tarde y él se alegró mucho y le encantó. Por unos diez euros, un poco de paciencia y cariño, se consiguen regalos tan especiales como éste, que además ¡tienen mucha utilidad por las mañanas antes de salir de casa!
4 comentarios:
Jajaja, este espejo le tengo yo!! También lo compré para decorar el marco... y ahí anda, en marco vírgen, sin tocar :D Qué desastrosa soy. Es que no tengo demasiado espacio para hacermanualidades :( Y tabién la mesa de forja en la que tienes la orquídea. Jejeje, vais mucho al Ikea, eh? :p
uff, ikea y yo somos uña y carne jejeje. Si vieras qué colección de catálogos tengo XD
Hola!
estaba buscando algun trukillo para un megaespejo que me encontré .pasaba de comprarmelo y esperando esperando.... un dia apareció solito en un contenedor. :)
hace meses que lo tengo en un rincón pensado que hacer con él.
No lo quiero colgar en la pared ( más taladro no, plis) lo quiero en el suelo .
Y te he encontrado a ti y a tus trucos y materiales senzillos y baratitos, que eso está muy bien.
grácias, seguiré ojeando.
me gusto mucho este trabajo! aunque te confieso que soy algo supersticiosa! pero me parece muy buena la idea de todo tipo de reciclado, que nada se pierda! te invito a conocer mi blog, hago modelado en porcelana fria. cariños!
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